"Todo
empezó hace unas semana. Me desperté a mitad de noche muy nervioso y mi cabeza
estaba recordando una situación sin importancia de hace muchos años, cuando aún
era un niño, y ya no he conseguido quitármela de la cabeza. Jugaba con un
amigo, y nos tocábamos el uno al otro en nuestros genitales, sin otra intención
que si hubieran sido empujones. Pero desde entonces me asalta una duda que
intento por todos los medios resolver: "¿Me gustó?".
Necesito
asegurarme que no me gustó, necesito estar seguro de mis preferencias
sexuales... No lo entiendo, si hasta ahora no me lo había cuestionado en lo más
mínimo... Pero, ¿Por qué he soñado con esto?
Lo que
peor llevo son las imágenes que aparecen involuntariamente en mi cabeza, de
hombres desnudos. Parece que mi mente me esté poniendo a prueba. No quiero ni
pensarlas, pero ahí están una y otra vez, no quiero prestarles atención, pero
la duda se acentúa: "¿Me gustarán los hombres?". Intento
neutralizarlas utilizando otras imágenes que me confirmen que soy heterosexual
haciendo un repaso de las relaciones sexuales que he mantenido en el pasado.
Han sido muchas y satisfactorias, todas heterosexuales, pero no me quedo
tranquilo. Y en el gimnasio que nunca me había preocupado ducharme con otros
hombres, ni nunca me habían llamado la atención, ahora evito mirarles y si lo
hago me siento muy nervioso, como si tuviera miedo a que me guste. Intento
pensar en otras cosas, intento distraerme, pero ni aun así lo consigo. Y cada
noche vuelvo a lo mismo. ¡Si es que ya comienzo a tener miedo a que se acerque
la noche!".
Características
clínicas
El caso
relatado ejemplifica un tipo de Trastorno Obsesivo-Compulsivo
caracterizado no por la duda acerca de la propia orientación sexual, sino por
la duda obsesiva acerca de ser homosexual.
De forma similar
se puede dudar acerca de las cuestiones más cotidianas, como ¿Qué ropa me
pongo?, ¿Debería quedarme con este piso/ zona residencial, o cambiar a otra?,
¿Debería comprar otro coche y vender el que tengo?, o sobre relaciones
personales como ¿Querré de verdad a mi pareja?, ¿Cómo sé que la quiero?
Las dudas
pueden alcanzar el carácter de obsesivas apareciendo en forma de pensamientos
o imágenes que se consideran intrusivas porque lo hacen en contra de
la propia voluntad, y sin apenas control sobre ellas, y egodistónicas
porque su aparición produce un enorme malestar. Casi todo el mundo ha
experimentado alguna vez algún pensamiento intrusivo, especialmente en periodos
de estado de ánimo bajo, pero no lo han vivido con tanto malestar. Lo cierto es
que cuanto más escrupuloso y rígido se es respecto al contenido de dichos
pensamientos, más probable es que se produzca un enorme malestar. En nuestro
caso, un tema relacionado con la posibilidad de ser homosexual, pero igualmente
en el caso de un hombre con creencias religiosas muy fuertes y muy rígidas,
podría obsesionarse con la posibilidad de blasfemar contra Dios.
Los rituales mentales
Ante estos pensamientos obsesivos de nuestro caso, suele recurrirse a rituales mentales para reasegurarse en un comportamiento sexual deseado, como buscar ejemplos de su historia sexual previa en forma de imágenes “positivas“ que restituyan las imágenes temidas, las cuales se necesita eliminar lo más inmediatamente posible para aliviar el malestar que producen, pero que no resuelven las dudas suficientemente al necesitarse una seguridad plena, al cien por cien, en que no se es homosexual. Por lo que el malestar sigue aumentando, instaurado en un círculo vicioso entre la necesidad de control de las dudas y la ansiedad por no conseguirlo, que se retroalimentan entre sí, mientras se obvia la verdadera raíz de esta obsesión: la enorme importancia que se otorga a la posibilidad de ser homosexual. Otros comportamientos ineficaces son las conductas de evitación, como evitar mirar imágenes de hombres desnudos, aunque sólo lo estén parcialmente, o evitar situaciones en que puedan verse expuestos a dichos desnudos (como ducharse en el gimnasio). En conjunto, todos estos comportamientos ineficaces de neutralización son precisamente los que mantienen y dificultan superar los pensamientos obsesivos.
Vulnerabilidad psicológica
Cómo en el
ejemplo relatado, el desencadenante de estas obsesiones puede constituirlo
cualquier situación vivida, incluso las que creíamos sin importancia de hace
años, especialmente en las personas más vulnerables por sus dificultades para
tomar decisiones y resolver problemas (los indecisos), quienes suelen
tener creencias erróneas acerca de que las personas debemos tener un
control total sobre los pensamientos, y que sólo podemos pensar aquello que
deseamos, así como poseen un sistema moral rígido y un alto
perfeccionismo.
Tratamiento
psicológico
La clave para
superar este tipo de Trastornos radica en conseguir la Habituación a la
obsesión hasta que deje de producir malestar, para lo cual las técnicas de
elección más habituales son la Autoexposición a los pensamientos junto con la
Prevención de las Respuestas ritualizadoras.
ResponderEliminarArtículo claro, preciso y pertinente. Gracias .
ResponderEliminarArtículo claro en su sencillez , y, pertinente para el sufriente. Gracias.
Gracias, Alma, por tu valoración
EliminarAsí en plan breve, yo diría que todos disfrutamos (filia) con lo semejante (homo, en sentido general) y todos buscamos (eros) complementarnos con lo opuesto (hetero, en sentido general) a la hora de crear algo (vida, proyectos, hogar, empresas...) . Así pues, todos seríamos de un modo basal homofílicos y heterosexuales. Dependiendo de lo que predomine en la relación amorosa (la filia o el eros), y mientras vivamos en una sociedad que obliga a "definirse", habrá quien renuncie a una cosa, o a otra.
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